La Catedral Nuestra Señora de Lourdes es una iglesia catedralicia colombiana de culto católico romano consagrada a la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de Lourdes. Se localiza en el costado occidental de la Plaza San Francisco de Asís del municipio colombiano de Florencia, capital del departamento de Caquetá. La catedral es el principal templo de la Diócesis de Florencia, desde su elevación a Diócesis por la Bula de Juan Pablo II llamada Quo Expeditius publicada el 9 de diciembre de 1985.
HISTORIA
Su historia se remonta a principios del Siglo XX, específicamente al 06 de agosto de 1906, cuando el cauchero Urbano Gutiérrez adquiere una estatua de la Virgen María
como agradecimiento por sus prósperos negocios. El Padre Lucas Ibarra
la bendijo y la proclamó patrona del lugar con el nombre de Iglesia de
la Santísima Virgen de Lourdes de Florencia.
La primera construcción del templo se realizó en 1908
con un rancho en madera levantado por los colonos en la Plaza San
Francisco de Asís, que en ese entonces era la única plaza del caserío.
Sin embargo, entre 1908 y 1909 se hicieron nuevos planos de Florencia,
los cuales fueron ajustando el diseño de lo que hoy es el centro de la
ciudad. El último de ellos fijó la actual Plaza Pizarro, ubicado a tres cuadras de la Plaza San Francisco de Asís, como la principal de la ciudad.
Años más tarde en 1916 se construyó en el mismo lugar del anterior el segundo templo bajo la dirección de Fray Jacinto María de Quito. El 18 de julio
de ese mismo año arribó a Florencia el Excelentísimo Esteban Rojas,
Obispo de Garzón y principal impulsor de la obra. El Padre Benito de la
Antigua Guatemala, decano de la misión, en asocio del señor Comisario
Especial del Caquetá, del jefe de la sección de zapadores y del señor Alcalde de Florencia, marcharon por las calles de la población como señal de bienvenida a tan ilustre visitante.
El desfile pasó después a la plaza San Francisco de Asís, frente al
atrio del templo, en donde llevó la palabra el señor Cupertino Vargas y
tres ninfas,
representando la fe, la esperanza y la caridad, y después obsequiaron
al señor Obispo con una corona de flores. Al día siguiente se verificó
la ceremonia de bendición de las tres campanas que se denominaron
Lourdes, Divina Pastora y San Antonio por parte del Obispo.
En medio de las severas críticas de la clase dirigente de esa época,
que consideraba que ese templo no respondía a los esfuerzos, a la fe de
los habitantes ni a la presentación arquitectónica del municipio, el
templo abrió sus puertas al pueblo católico el 19 de julio de 1917. En 1920,
al inaugurarse oficialmente el convento construido como complemento del
templo, fueron alojadas allí ocho monjas y cuatro misioneros que fueron
enviados para reforzar la obra religiosa en el territorio del Caquetá.
En el año de 1925,
el Excelentísimo Vicario Apostólico de la época compró una nueva imagen
de la Virgen de Lourdes, que mide un metro con veinticinco centímetros,
para reemplazar a la que donó el señor Urbano Gutiérrez.
Vista del altar mayor de la Catedral.
Luego el 20 de julio de 1932,
y después de que la feligresía y las propias autoridades comisariales y
municipales elevaran su clamor por un nuevo templo, se iniciaron las
obras de construcción de la actual catedral bajo la dirección del fraile español Jaime de Igualada. Después de cinco años de trabajos, se bendijo el 11 de febrero de 1937, fecha de culminación de la edificación actual.
El Concejo Municipal de aquel tiempo aprobó una partida especial de 35
pesos oro para la compra de un reloj que fue instalado en su torre
principal.
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